
Las personas percibimos el mundo como reflejo de nuestras atmósferas particulares. El estilo con el que vivimos cuenta algo de nosotros mismos. No sólo decoramos, sino que buscamos una expresión a nuestro modo de vivir, según nuestro estilo básico con el que percibimos el mundo.
Cada "Atmósfera" responde a un estilo de vida, es decir también a un estilo decorativo. Los colores armoniosos, claros y frescos producen en nosotros sensaciones diferentes a los contrastes fuertes o los detalles de tonos cálidos. Alegría de vivir en consonancia con la naturaleza o frescor frío, elegancia romántica o razón moderna, ligereza traviesa o temperamento apasionado: el diseño de los suelos despliega su particular fascinación y calidad exclusiva como reflejo de las distintas atmósferas.